Las enfermedades de transmisión sexual (STD, por sus siglas en inglés) son infecciones que se transmiten de una persona a otra por contacto sexual. Hay muchos tipos distintos de STD. Algunas de las STD más comunes son clamidia, gonorrea, herpes, ladilla, sífilis, condilomata (verrugas genitales), tricomonas, HPV, VIH (el virus que causa SIDA) y la hepatitis B (una enfermedad del hígado). Algunas STDs se pueden curar con antibióticos. Sin embargo, algunas enfermedades de transmisión sexual, como herpes, VIH, HPV y las verrugas genitales son causadas por virus. No existe cura para estas enfermedades de transmisión sexual. Lo pueden dejar muy enfermo. En casos severos pueden causar la muerte.
Muchas veces una persona puede tener una de estas enfermedades y no saberlo, porque no tienen síntomas y no se sienten enfermos. La persona puede entonces transmitir la enfermedad a sus compañeros sexuales. A veces una persona cree o sabe que tiene una STD pero se siente demasiado avergonzada como para hablar de ello con un compañero sexual. Los compañeros sexuales corren el riesgo de contagiarse de la enfermedad si no toman precauciones de seguridad cada vez que tienen relaciones sexuales.
Las relaciones sexuales son una experiencia muy amorosa y especial entre dos personas. No obstante, tiene que tener pensar sobre esto antes de tener relaciones sexuales. El sexo puede causar un embarazo o contagiarla de una enfermedad transmitida sexualmente. Puede contagiarse de una enfermedad aunque haya tenido relaciones sexuales una sola vez. Puede quedar emocionalmente herido por los fuertes sentimientos que despierta.
Decida qué quiere hacer por adelantado. Encuentre a una persona adulta con la que pueda hablar sobre sus sentimientos y opiniones, y a la que le pueda hacer preguntas. Si bien a veces es un poco incómodo empezar una conversación de este tipo, puede hablar de estos temas con sus padres. Otras personas adultas que pueden proporcionarle información valiosa son su profesional médico, los consejeros escolares, maestros o parientes adultos. En general podrá hablar de estos asuntos con ellos en forma confidencial.
Para protegerse de las enfermedades sexuales, la única actividad absolutamente libre de riesgo es la abstinencia, o no tener relaciones sexuales. Muchas personas deciden demorar las relaciones sexuales hasta que sean más grandes, estén casados o se sientan más cómodos. También hay muchas actividades íntimas que son casi siempre seguras sin tener que tomar precauciones especiales. Entre ellas están, por ejemplo, tomarse de las manos, abrazarse, tocarse y besarse. Los toques íntimos y la masturbación mutua pueden ser menos riesgosos que el coito, si bien se pueden contagiar algunas enfermedades de transmisión sexual por esta vía.
Si tiene relaciones sexuales vaginales o anales, puede ayudar a protegerse usando condones de látex o de poliuretano todas las veces. Durante el sexo oral el hombre puede ponerse condones con sabor. Los métodos anticonceptivos hormonales, como por ejemplo las píldoras anticonceptivas o las inyecciones de Depo-Provera, no previenen las enfermedades de transmisión sexual. Para prevenir la transmisión de infecciones sexuales, es absolutamente necesario usar un condón.
También hay un condón femenino, que se ajusta a la forma de la vagina, pero es más difícil de usar. Hable con un profesional médico u otro adulto que sepa cómo usarlo antes de probar.