Un bebé se acostumbró a llorar de noche cuando:
Desde su nacimiento hasta los 2 meses de edad, la mayoría de los bebés se despiertan dos veces por noche para que los alimenten. Entre los 2 y 3 meses de edad, la mayoría de los bebés necesitan alimentarse una vez en el medio de la noche. Cuando tienen ya 4 meses de edad, la mayoría de los bebés alimentados a biberón duermen más de 7 horas sin necesidad de comida. La mayoría de los bebés amamantados pueden dormir ya toda la noche cuando tienen 5 meses de edad. Los bebés normales a esta edad ya no necesitan calorías de noche, y pueden dormir la noche corrida sin necesidad de mecerlos o alzarlos.
Las razones más comunes por las que los bebés mayores de 4 meses se despiertan llorando en el medio de la noche son:
Todos los niños se despiertan naturalmente 4 ó 5 veces por noche después de haber soñado. Como no se despiertan por completo en todas las ocasiones, la mayoría de los niños se pueden volver a dormir solos. Sin embargo, los niños que no han aprendido a consolarse y serenarse por sí mismos lloran para llamar a su padre o su madre. Si usted tiene la costumbre de alzar a su bebé, mecerlo o acostarse con él a la hora de la siesta y de ir a dormir, éste no podrá aprender a dormirse sin su ayuda. Cuando no se coloca a los bebés en la cuna mientras todavía están despiertos, pretenderán que su madre esté también presente para dormirlos cuando se despiertan de noche. Como en general se duermen fuera de la cuna, no aprenden a asociar la cuna y el colchón con el sueño. Se dicen que tienen una mala asociación de iniciación del sueño.
Los niños se pueden despertar y llorar con más frecuencia si se dan cuenta que es ventajoso; por ejemplo, si los pasean, mecen o juegan con ellos, o si los padres le hacen compañía por mucho tiempo cuando se despiertan. Si trae al niño a su cama para dormir con usted, el problema se agrava. El llanto nocturno también puede empezar después de episodios en que, por un tiempo, los padres tuvieron que prestarle mayor atención al bebé de noche. Algunos ejemplos de esto son resfriados, molestias durante las largas noches de verano o viajes. Muchos bebés rápidamente vuelven a su rutina de sueño después de estos episodios. Sin embargo otros gozan tanto del contacto nocturno que empiezan a exigir que continúe.
Todos los niños pequeños lloran cuando se presenta un cambio en su horario o en su ambiente (esto se llama llanto normal de protesta). El llanto es la única forma en que se pueden comunicar antes de poder hablar. El llanto por poco tiempo no es dañino, ni física ni psicológicamente. Las miles de horas de atención y afecto que usted le ha dado a su hijo compensan con creces cualquier momento de infelicidad que se produzca por cambiarle el patrón de sueño.
Si trata de seguir las siguientes recomendaciones, el comportamiento de su hijo probablemente mejorará en 2 semanas. Cuanto mayor sea su hijo, más difícil será cambiarle sus hábitos. Los niños de más de 1 año de edad se resistirán a dormir aunque estén cansados. Protestarán vigorosamente cualquier cambio y pueden llorar por horas. Sin embargo, si no toma estos pasos su hijo no comenzará a dormir toda la noche hasta que tenga 3 ó 4 años de edad, cuando el nivel de actividades diarias finalmente lo deje exhausto.
Si su bebé tiene más de 4 meses de edad y se despierta llorando una o más veces por noche, pruebe las siguientes sugerencias.
Es bueno alzar al bebé y proporcionar rituales placenteros a la hora de irse a dormir. No obstante, cuando el bebé empiece a mostrar señales de sueño, acuéstelo en la cuna. El último recuerdo del bebé al estar despierto debe ser su cuna y el colchón, no usted. Si su bebé está muy molesto, hágalo mecer hasta que se calme o esté casi dormido, pero pare antes de que se duerma por completo. Tiene que aprender a dormirse solo. Su bebé tiene que aprender esta técnica para poder volver a dormirse cuando se despierte naturalmente de noche.
Visítelo antes de que se enoje demasiado. En el caso de bebés muy jóvenes o sensibles, es posible que tenga que ir a ver cómo están cada 5 minutos. Confíe en su propio juicio. Gradualmente vaya prolongando los intervalos de visita. Los bebés no pueden aprender a consolarse solos sin llorar un poco. Este llanto no es dañino. Si su bebé tiene miedo, álcelo hasta que se calme. Después siéntelo o acuéstelo en su cama hasta que se quede tranquilo. Trate de dejar la habitación antes de que se duerma.
No se quede en el cuarto del bebé más de 1 minuto. No encienda las luces. Bríndele respaldo y seguridad al bebé. Actúe como si usted tuviera sueño. Susurre, "Shh, están todos durmiendo". Agregue un comentario positivo, como por ejemplo "Eres un bebé maravilloso" o "Estás casi dormido". Nunca se muestre enojado ni castigue a su bebé durante estas visitas. Si lo abraza, probablemente no lo soltará. Tóquelo suavemente y ayúdelo a encontrar su mascota, como una muñeca, osito o cobija.
Una vez que haya puesto al bebé en la cuna, déjelo allí. No lo mece ni juegue con su bebé, ni tampoco lo lleve a su cama. Si el contacto es breve, no le proporcionará una recompensa suficiente como para querer seguir portándose de esa manera. La mayoría de los bebés pequeños lloran de 30 a 90 minutos y después se duermen.
Hasta que su bebé aprenda a dormirse solo a la hora de la siesta o de irse a dormir, cuando se despierte en el medio de la noche trate de que la situación sea lo más fácil posible para todos. Si no protesta por más de 5 ó 10 minutos, responda de la misma manera que lo hizo a la hora de irse a dormir. En caso contrario, sáquelo de la cuna y álcelo hasta que se vuelva a dormir. No encienda las luces ni lo saque de su cuarto. Trate de no hablarle demasiado. Con frecuencia es mejor que vaya el padre y no la madre.
Una mascota, u objeto transitorio de seguridad, puede ayudar a su bebé a dormirse. Le brinda consuelo y le ayuda a separarse de usted. Un osito, muñeca u otro juguete blando, o también una cobija, pueden servirle de mascota. A veces un bebé acepta más fácilmente a un osito cuando lleva puesta una prenda de su madre. Cuando mece o acaricie a su bebé durante el día, coloque siempre la mascota junto a él. También haga que forme parte de su historia o cuento habitual a la hora de irse a dormir. Colóquelo en la cuna junto a su bebé. Con el tiempo, el bebé comenzará a tomar y acariciar su mascota a la hora de dormir de la misma manera que usted hacía con él.
Deje de alzar a su bebé de noche sólo cuando haya aprendido a calmarse y dormirse por sí mismo a la hora de la siesta o de irse a dormir. Se supone que también podrá dormirse solo cuando se despierte normalmente en el medio de la noche. Vaya a visitarlo cada 15 minutos cuando esté llorando, pero haga que sus visitas sean breves y aburridas. Después de que su bebé aprenda a dormirse solo a la hora de dormir, dejará de despertarse llorando en pocas noches más.
Si la cuna está en su dormitorio, múdela a otro cuarto. Si esto es imposible, cubra uno de los costados de la cuna con una cobija para que el bebé no lo pueda ver cuando esté despierto.
Si su bebé ha dormido la siesta por más de 2 horas, despiértelo. Si tiene la costumbre de dormir tres siestas por día, trate de cambiarle el hábito a dos siestas por día.
Sólo cambie los pañales si están sucios con heces o si el bebé tiene mucho sarpullido. Si tiene que cambiarle el pañal, use la menor cantidad de luz posible (por ejemplo, una linterna), hágalo rápidamente y no entretenga al bebé.
Si se para en la cuna a la hora de irse a dormir, trate de que se tranquilice y se acueste. Si se resiste o se vuelve a parar, déjelo así. Sabrá acostarse sin su ayuda. Si le sigue ayudando a acostarse, se puede llegar a convertir en un juego.
Anote en un cuaderno las horas en que su bebé está despierto y dormido. Lleve el cuaderno al consultorio durante su visita al profesional médico.
Llame durante el horario de consultorio si: