Una persona con retraso mental tiene un nivel de inteligencia mucho menor que el promedio. Una persona con retraso mental no puede cambiar fácilmente su comportamiento frente a ciertas situaciones o demandas.
Existen cuatro niveles de retraso mental: leve, moderado, severo y profundo. Estos niveles se miden con una prueba normalizada.
La causa más común de la RM durante el embarazo es el uso de drogas o alcohol por la madre. RM también puede dar si la madre:
La pérdida de oxígeno al bebé por mucho tiempo durante el parto, por ejemplo cuando el cordón umbilical se enrolla alrededor del cuello, puede provocar daño cerebral que da lugar a MR.
Hay más de 500 enfermedades genéticas que causan retraso mental. Algunos ejemplos de estas enfermedades son:
Problemas durante la infancia puede llevar a la RM:
Si sospecha que su hijo tiene un retraso mental, consulte con su profesional médico. Es posible que su profesional médico quiera encontrar una causa. Algunos trastornos requieren cuidado médico especial. Puede llegar a descubrir un problema genético. Si es un problema genético, le conviene hablar con su profesional médico antes de tomar la decisión de tener más hijos.
Cuando su hijo es un bebé, es difícil darse cuenta qué nivel de retraso mental puede tener o predecir cómo se va a desarrollar con el correr del tiempo.
A medida que su hijo va creciendo, se usan pruebas para medir cómo se va desarrollando en comparación con otros niños de la misma edad. Si la edad intelectual de su hijo es mucho menor que su edad real, es probable que tenga un retraso mental.
Cuando su hijo esté en edad preescolar o escolar, le pueden hacer una prueba de inteligencia, o IQ. IQ son las siglas de "cociente intelectual" en inglés. La prueba de cociente intelectual puede mostrar el grado de retraso mental de su hijo. Esta prueba ayuda a predecir cómo le va a ir a su hijo académica y socialmente. Su profesional médico u otros especialistas decidirán cuáles son las mejores pruebas para hacerle a su hijo.
La mayoría de los niños con retraso mental tienen la capacidad para aprender cosas nuevas, pero a un ritmo más lento que lo normal. Es importante que le dé oportunidades para aprender.
La capacidad de su hijo para funcionar a nivel mental, físico y de comportamiento dependerá de la severidad de su retraso mental. Los siguientes niveles de retraso, que se basan en el cociente intelectual, son estimaciones de cómo podrá funcionar una persona con retraso mental, tanto en la niñez como en su edad adulta.
Leve (cociente intelectual de 55 a 69): Con frecuencia los niños con retraso mental leve en edad preescolar no parecen muy distintos que los demás niños. No obstante, son más lentos que la mayoría de los niños para caminar, comer sin ayuda y hablar. Los niños con retraso mental leve pueden, cuando se les da educación especial, aprender destrezas prácticas, y lectura y matemáticas a nivel de grados 3 a 6. Como adultos, en general pueden adquirir destrezas sociales y laborales, y vivir en forma independiente. No obstante, pueden necesitar guía y apoyo durante momentos de estrés inusual.
Moderado (cociente intelectual de 40 a 54): Los niños en edad preescolar con retraso mental moderado sufren demoras notables en el desarrollo de sus destrezas motoras y del habla. Los niños más grandes pueden aprender destrezas simples de comunicación y autoayuda, y hábitos de salud y seguridad. No pueden aprender destrezas útiles de lectura o matemáticas. Como adultos, pueden desarrollar tareas simples bajo condiciones especiales y viajar solos en lugares familiares. En general no pueden vivir completamente solos.
Severo (cociente intelectual de 25 a 39): Los niños en edad preescolar con retraso mental severo pueden sufrir demoras en su desarrollo motor y adquirir muy pocas o ninguna destreza de comunicación. Si se los capacita, estos niños pueden aprender técnicas básicas de autoayuda, como comer sin ayuda y bañarse. A medida que crecen, en general aprenden a caminar. Pueden desarrollar alguna comprensión del lenguaje y responder un poco a lo que se le dice. Como adultos se pueden acostumbrar a actividades de rutina, pero necesitan dirección y supervisión en un entorno protegido.
Profundo (cociente intelectual menor que 24): Los niños con retraso mental profundo tienen frecuentemente otros problemas médicos, como parálisis cerebral, y pueden necesitar atención de enfermería. Sufren demoras en todas las áreas de desarrollo. Muestran emociones básicas y, con capacitación, pueden llegar a usar sus piernas, manos y mandíbulas. Estos niños necesitan supervisión cercana. Como adultos, en general tienen un lenguaje simple y pueden llegar a caminar. En general se benefician de hacer actividad física con regularidad. No se pueden cuidar a sí mismos. Necesitan apoyo completo de otra persona para llevar su vida diaria.
El retraso mental no tiene cura. Algunas pruebas, como la evaluación de fenilcetonuria (PKU), hipotiroidismo y otras enfermedades metabólicas en el recién nacido, pueden prevenir a veces el retraso mental.
El tratamiento se concentra en las destrezas educativas, de conducta y de autoayuda. Es útil diagnosticar el retraso mental en su hijo a edad temprana, para poder iniciar el tratamiento lo más pronto posible. No obstante, nunca es demasiado tarde para empezar.
La mayoría de los estados ofrecen Programas de Intervención Temprana (EIP, por sus siglas en inglés) para niños de 0 a 3 años de edad que sufren de retraso mental. Algunos estados también ofrecen clases de educación especial para niños de 3 a 5 años de edad que tienen necesidades especiales. Por ley, todos los estados están obligados a proporcionar clases de educación especial a niños en edad escolar con retraso mental hasta que cumplan 21 años de edad. Todas las escuelas les tienen que explicar a los padres sus derechos y cumplir con la ley.
La escuela tiene que elaborar un Plan de Educación Individual (IEP) para cada niño que requiera educación especial. Este plan comprende:
El plan tiene que ser aprobado tanto por el padre como la escuela.
Los padres de niños con retraso mental en general se enteran de tratamientos nuevos o distintos por los medios de comunicación o por amigos. Su profesional médico le puede ayudar a decidir si estos tratamientos pueden ayudar a su hijo, o causarle daño.
Cuando los padres se enteran que su hijo tiene un retraso mental, pueden sentir congoja, ira, culpa y muchas otras emociones. Muchas familias descubren que un consejero profesional puede ayudarlos a sobrellevar noticias desalentadoras. La discapacidad de un niño afecta a toda la familia, incluyendo a sus hermanos y hermanas. Muchas veces los padres también necesitan una guía para saber cómo contarles a sus parientes que su hijo tiene un retraso mental. Su profesional médico y las organizaciones de su comunidad lo pueden remitir a terapeutas y grupos de respaldo de padres que pueden ayudarle a usted y a su familia a confrontar estos problemas importantes.