Su hijo tiene problemas con la tarea si:
Algunos niños adquieren malos hábitos con su tarea porque se ocupan con los programas de televisión o los juegos de video. Algunos niños de secundaria se distraen a causa de sus hormonas o los deportes. A otros niños que les parece difícil el trabajo escolar simplemente preferirían jugar. Si los padres ayudan a estos niños a recortar otras actividades a medidas razonables y pueden contar con el maestro para calificar los esfuerzos del niño en su trabajo escolar y tarea, la mayoría de estos niños mejorarán. La motivación para sacar buenas calificaciones con el tiempo procede del deseo de complacer a su maestro y ser admirado por sus compañeros, disfrutar de aprender cosas, la capacidad de ver el estudio como un camino hacia una carrera a futuro, saber que necesita un promedio de calificación de 3 puntos para entrar a la universidad y su propio auto-reproche cuando no logra sus metas.
Cuando los padres responden exageradamente a este comportamiento y ejercen presión para un mejor rendimiento, pueden empezar una lucha de poder que gira alrededor del trabajo escolar. "Los olvidos" se convierten en un juego. El niño ve la presión de los padres como una amenaza para su independencia. A mayor presión, mayor resistencia. Las bajas calificaciones se convierten en la mejor manera del niño para probar que es independiente de sus padres y no se le puede presionar. Una buena prueba de esto es que el niño responde menos en las áreas donde recibe la mayor ayuda. Si la interferencia de los padres con el trabajo escolar del niño se prolonga por varios años, el niño se convierte en una persona "de bajo rendimiento" escolar.
Aclare que terminar y entregar la tarea es entre su hijo y la maestra. Recuerde que el objetivo de la tarea es enseñar a su hijo a trabajar por su cuenta. No pregunte a su hijo si tiene tarea. No le ayude con la tarea a menos que su hijo se lo solicite. Permita que la escuela aplique las consecuencias naturales por rendimiento deficiente. Aléjese de las luchas de poder. Su hijo puede aprender la lección de ser responsable por el trabajo escolar solamente a través de la experiencia personal. De ser posible, discúlpese con su jovencito, diciéndole, por ejemplo, "Después de pensarlo, hemos decidido que ya tienes edad suficiente para manejar tus propios asuntos. La tarea es asunto tuyo y trataremos de mantenernos al margen. Confiamos en que harás lo que sea mejor para ti".
El resultado de este enfoque tipo "hundirse o nadar" es que dejará de haber discusiones, pero el trabajo escolar de su hijo puede empeorar temporalmente. Su hijo puede no hacer caso de la precaución para ver si realmente quieren decir lo que han dicho. Este plazo de no hacer nada sino esperar a que su hijo encuentre su propia razón para salir bien en la escuela puede representar una agonía. Sin embargo, los niños necesitan aprender de sus errores. Si usted puede evitar "rescatar" a su hijo, sus calificaciones mostrarán un aumento notorio en el transcurso de 2 a 9 meses. Este retiro planificado de presión de los padres se realiza mejor en los primeros años, cuando las calificaciones tienen mínima importancia pero el desarrollo de la razón personal del niño para aprender es fundamental.
Recordarle repetidamente a su hijo sobre el trabajo escolar promueve la rebeldía. Igualmente las críticas, los sermones y las amenazas a su hijo. La presión es distinta del interés y estímulo de los padres. Si la presión funciona en alguna medida, es sólo temporalmente. Nunca podemos obligar a los niños a aprender o a ser productivos. El aprendizaje es un proceso de autorealización. Es un campo que le pertenece a la niño y del que nosotros como padres debemos tratar de mantenernos al margen, a pesar de nuestros deseos para el triunfo de nuestro hijo.
Programe una reunión padres-maestros. Platique sus puntos de vista sobre la responsabilidad del trabajo escolar y la tarea. Dígale a la maestra de su hijo que quiere que su hijo sea responsable ante la maestra por la tarea. Aclare que usted preferiría no revisar o corregir el trabajo porque esto no le ha servido en el pasado. Dígales que quiere apoyar a la escuela y podría hacer esto mejor si la maestra enviara a casa un breve informe semanal de progreso. Si el maestro piensa que su jovencito necesita ayuda adicional, anímelo a que sugiera un programa de tutoría. En secundaria, la tutoría de los compañeros frecuentemente es un motivador poderoso.
Aun cuando no puede hacer estudiar a su hijo, puede aumentar el tiempo potencial de estudio. Elimine todo el tiempo de televisión y juegos de video de las noches entre semana. Explique a su hijo que estos privilegios le serán devueltos después de que el informe semanal de la maestra confirme que se entregó toda la tarea y la calidad general del trabajo (o las calificaciones) están mejorando. Explíquele que está haciendo esto para ayudarle a organizar mejor su tiempo.
La mayoría de los niños responden mejor a los incentivos que a los desincentivos. Pregunte a su jovencito qué piensa que podría ayudar. Algunos buenos incentivos son llevar a su hijo a un restaurante favorito, parque de diversiones, juegos de video, evento deportivo, o al cine. Algunas veces su hijo se interesará por trabajar mucho en sus estudios para ganarse "dinero para gastar". Los pagos pueden hacerse semanalmente según los informes de progreso de la maestra. Se asigna un valor en efectivo distinto a las As, las Bs y las Cs. Lo que su hijo compre con este dinero debe ser asunto suyo (por ejemplo, música y juguetes). El mercado laboral de los adultos funciona premiando el trabajo duro.
Usted ya ha eliminado el hecho de ver la tele en las noches de días escolares porque evidentemente interfiere con los estudios. Si los informes de la escuela siguen siendo deficientes, tal vez necesite eliminar todo el tiempo de tele y juegos de video. Otros privilegios que tal vez necesite limitar temporalmente serán los que le importan a su hijo (por ejemplo, el teléfono, la bicicleta, los juegos al aire libre, o las visitas de amigos). Si su adolescente maneja coche, este privilegio posiblemente necesite limitarse hasta que sus calificaciones sean por lo menos un promedio de 3 puntos (B). Para los jovencitos que se han atrasado en su trabajo, el castigo con restricciones (es decir, nada de comunicación con sus compañeros) durante 1 a 2 semanas podrá ser necesario hasta que se pongan al corriente. Sin embargo, evite los castigos fuertes porque su hijo quedará enojado y resentido. El hecho de cancelarle algo importante (como la membresía en los Scouts o un equipo de atletismo) o quitarle algo que quiere (como una mascota) por causa de las malas calificaciones es injusto e ineficaz. Ser parte de un equipo también es bueno para la motivación.
Llame a la maestra de su hijo para tener una reunion si:
Llame si:
NOTA: Si estos intentos por motivar a su hijo fracasan, es posible que necesite una evaluación realizada por un psicólogo o psiquiatra infantil.