La nutrición es muy importante para niños de esta edad. Están creciendo rápidamente y se están independizando.
La mejor manera de conseguir que sus hijos coman bien es sentando el ejemplo y haciéndolos participar en la planificación de sus comidas. Preadolescentes en general tienden a comer alimentos con mucha grasa, colesterol, sal y azúcar. Compre y disfrute de frutas, verduras y alimentos ricos en calcio. Los alimentos ricos en hierro (sobre todo carnes, nueces, soja y cereales enriquecidos con hierro) son importantes, sobre todo para las niñas que ya están menstruando. Con frecuencia, los niños aumentan de peso por comer demasiados bocadillos de altas calorías y comidas rápidas, tomar demasiados refrescos y jugo, y por falta de ejercicios. El profesional médico debería medir el peso de su hijo por lo menos una vez por año.
Pídale opinión a su hijo sobre la mejor manera de preparar las comidas, cómo perciben su cuerpo y la cantidad de actividad física que necesitan desarrollar para estar en buen estado de salud. Mantenga conversaciones abiertas sobre los hábitos que hacen subir de peso, como no hacer suficientes ejercicios físicos, saltear comidas, tomar demasiados refrescos o comer muchas comidas rápidas. Pregúntele a su hijo cuándo come, cuándo come de más o cuándo se desespera por ciertas comidas. Si su hijo preadolescente está comiendo cuando no tiene hambre, aliéntelo a hacer algo distinto, como ejercicios, leer libros o trabajar en un proyecto para dejar de pensar sobre la comida.
La mayoría de las niñas y algunos varones ya están en una etapa de gran crecimiento físico, propia de la adolescencia. Si tiene preguntas específicas sobre los cambios físicos y emocionales que están ocurriendo en su hijo a medida que va madurando, consulte con su profesional médico.
A esta edad el desempeño escolar es muy importante. Los preadolescentes deberían asumir la responsabilidad de completar sus deberes y alcanzar sus metas. Sin embargo, cada niño tiene distintas destrezas y limitaciones. Siga participando en el trabajo escolar de su hijo, y aliéntelo, alabando sus esfuerzos y logros.
Los preadolescentes tienen muchas preguntas sobre el sexo y necesitan estar informados. Tienen que aprender sobre los periodos menstruales, las erecciones, los sueños húmedos, el coito y las relaciones. Muchas familias y muchos médicos comienzan a hablar sobre sexo antes de que las niñas tengan su primer periodo menstrual y o los niños tengan su primer sueño húmedo, para que sepan que estas cosas son normales. Si no se siente cómoda hablando con su hijo, pídale ayuda a su profesional médico.
También es importante decirle a su hijo que el sexo debería estar ligado con sentimientos humanos, como compromiso, pertenencia, autoestima y amor. Necesita que le dé consejos.
Los padres juegan un papel importante en la vida de un preadolescente. A pesar de la atención que se les presta a los héroes de la cultura popular, el ejemplo proporcionado por los padres es muy importante. Lo mejor es que haya presente un adulto de ambos sexos en la vida del preadolescente.
A esta edad, la presión de los compañeros es muy difícil de resistir. Esté alerta a los cambios en la conducta normal de su hijo, sobre todo aquéllos que van en contra del sistema de valores familiar. Para ayudar a prevenir problemas, trate de conocer a los amigos de sus hijos y a sus padres. Los niños que pueden resistir mejor la presión negativa de sus compañeros son los que tienen un buen concepto de sí mismos y la confianza para decir que "no". Hable con su hijo acerca de las drogas, el alcohol y el tabaco. Hable con su preadolescente sobre cómo tomar buenas decisiones cuando está con sus compañeros. Alábelo y preste atención cuando se están comportando bien. Sorpréndalo portándose bien.
Los preadolescentes se pueden llegar a aburrir con personajes simples o cuentos predecibles. Son capaces de tener pensamientos más complejos y se pueden poner en lugar de otro. Pueden apreciar libros que manifiesten distintos puntos de vista. La lectura puede inspirar coraje, compasión y compromiso. Hable con su hijo en toda ocasión sobre los libros que está leyendo y qué piensa de ellos.
Aliéntelo a participar en juegos de familia y actividades al aire libre. Limite el horario de "pantalla" (televisión, juegos electrónicos, computadoras) a no más de 1 ó 2 horas por día. Mire algunos programas con su preadolescente y converse sobre ellos. Su hijo no debería tener un televisor, juegos electrónicos y computadoras en su cuarto. Se ha comprobado que la televisión en el cuarto está asociada a un aumento de peso. Para reforzar este punto, es importante ser equitativo. Ningún miembro de la familia debería tener estos elementos en su cuarto.
Con excepción de los terceros molares (muelas de juicio), la mayoría de los preadolescentes ya debería tener todos sus dientes permanentes. Refuerce la necesidad de cepillarse los dientes periódicamente. No se olvide de llevar a su hijo al dentista con regularidad.
La causa principal de muerte en los niños son los accidentes. A esta edad a los niños les gusta correr riesgos, pero no están bien preparados para juzgar lo peligroso que pueden ser. Por lo tanto, los niños todavía necesitan supervisión. Los padres deberían dar el ejemplo para que sus hijos tomen decisiones seguras.
Seguridad en el carro
Seguridad en la bicicleta
Personas desconocidas
Fumar
La mayoría de los fumadores empiezan cuando son adolescentes. A esta edad, los niños pueden estar buscando la manera de adaptarse a un grupo de amigos, o creen que ésta es una actividad divertida para hacer en las fiestas. Pueden tener curiosidad para saber qué es. Pueden creer que los ayuda a calmarse. Pueden hacerlo como una manera de rebelarse en contra de sus padres. Los preadolescentes y adolescentes en general no están preocupados por los problemas de salud que puedan tener más adelante en la vida. Puede ser más útil recalcar los aspectos negativos para la salud que su hijo pueda ver y sentir ahora mismo.
Se recomiendan las siguientes vacunas para niños de 11 ó 12 años de edad:
La Academia Norteamericana de Pediatría recomienda que su hijo se haga un examen de rutina todos los años durante la adolescencia. No se olvide de llevar los registros de sus vacunas a cada visita anual.