El vómito es el vaciado forzado (arrojar) de una gran parte del contenido del estómago a través de la boca. Las contracciones fuertes del estómago contra una salida cerrada del estómago causan los vómitos. En contraste, el reflujo ocurre a los bebés cuando se les regresa sin esfuerzo uno o dos bocados del contenido estomacal.
La mayoría de los vómitos son causados por una infección viral del estómago o intoxicación alimentaria por comer alimentos mal refrigerados. Por lo general, un niño cuyo vómito es causado por un virus también tiene diarrea. Si su hijo tiene vómitos sin diarrea durante más de 24 horas, su hijo podría tener algo más serio.
Los vómitos generalmente desaparece en 6 a 24 horas. Los cambios en la dieta pueden prevenir los vómitos excesivos y la deshidratación. Si su hijo también tiene diarrea, la diarrea generalmente continuará durante varios días.
Ofrézcale líquidos claros (que no sea leche) en pequeñas cantidades 8 horas después del último vómito. Para los bebés de menos de 1 año, siempre use una solución electrolítica oral (Pedialyte o de otra marca). Adminístrele a su bebé con cuchara o jeringa 1 a 2 cucharaditas (5 a 10 ml) cada 5 minutos. Mientras consigue Pedialyte, puede darle leche de fórmula en cucharaditas de la misma forma.
Para un niño de más de 1 año con vómitos (sin diarrea), el mejor líquido es el agua o hielo triturado porque el agua puede ser absorbida directamente a través de las paredes del estómago. Si su hijo es mayor a 2 años el agua es lo mejor, pero también se recomienda darle refrescos de lima limón diluidos o paletas. Agite el refresco hasta que no queden burbujas. Sin embargo, si los vómitos continúan durante más de 12 horas, cambie a Pedialyte.
Comience con 1 cucharadita (5 ml) a 1 cucharada (15 ml) de líquidos claros, según la edad de su hijo, cada 5 minutos. Después de 4 horas sin vómitos, duplique la cantidad. Si su hijo vomita con este tratamiento, deje descansar el estómago completamente durante 1 hora y luego comience nuevamente pero con cantidades más pequeñas. Este método de alimentación de una cucharada a la vez raramente falla.
Después de 8 horas sin vómitos, su hijo puede volver a tener una dieta normal gradualmente.
Los bebés pueden comenzar con alimentos blandos tales como cereales. Si su bebé solo toma leche de fórmula, dele 1 a 2 onzas (28 a 57 g) menos de lo habitual cada vez.
Los niños más grandes pueden comenzar con alimentos como galletas saladas, cereales, pan blanco, sopas suaves, arroz y puré de papa.
Por lo general, su hijo puede volver a una dieta normal después de 24 horas de recuperarse de los vómitos.
La clave para el tratamiento es dar leche materna en cantidades más pequeñas que lo normal. Si su bebé vomita una vez, no realice ningún cambio. Si su bebé vomita dos veces, continúe amamantando pero solo de un lado durante 5 minutos cada 30 a 60 minutos. Cuando pasen 4 horas sin vómitos, vuelva a amamantar como lo hace siempre de los dos lados.
Raramente se necesita Pedialyte para los bebés alimentados con leche materna. Sin embargo, si los vómitos continúan, cambie a Pedialyte durante 4 horas. Adminístrele a su bebé con cuchara o jeringa 1 a 2 cucharaditas (5 a 10 ml) cada 5 minutos. Si su bebé orina con menos frecuencia que lo habitual, puede darle Pedialyte entre amamantamientos durante 24 horas.
No le de a su hijo ningún medicamento oral (por la boca) durante 8 horas. Los medicamentos orales pueden irritar el estómago y empeorar los vómitos. Si su hijo desarrolla fiebre de más de 102°F (39°C), use supositorios de paracetamol. Llame a su profesional médico si su hijo necesita continuar con medicamentos recetados.
Un error común es darle a su hijo tanto líquido por vez como su hijo desee en lugar de aumentar gradualmente la cantidad. Esto casi siempre causa vómitos continuos.
No hay un medicamento o supositorio eficaz para los vómitos. Cambiar la dieta es el mejor tratamiento. Los vómitos solos (sin diarrea) rara vez causan deshidratación.
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