Las vitaminas y los minerales son sustancias químicas que las personas necesitan en cantidades muy pequeñas para mantenerse sanas. La mejor manera de incorporar estos nutrientes es a través de una dieta saludable. La mayoría de los niños que comen una dieta saludable no necesitan suplementos de vitaminas o minerales. Los niños que tienen mala alimentación, enfermedad del hígado, fibrosis quística u otros problemas médicos podrían necesitar tomar suplementos de vitaminas o minerales. Los bebés prematuros y los lactantes podrían necesitar también ciertos suplementos. Consulte al profesional médico antes de dar a su hijo vitaminas o minerales.
La vitamina A es necesaria para el crecimiento y para tener huesos y dientes fuertes. La leche y la leche de fórmula infantil son buenas fuentes de vitamina A, la cual es una vitamina soluble en grasa. La vitamina A se encuentra en el hígado, el aceite de hígado de pescado, los productos lácteos, las verduras de color verde oscuro y amarillo-anaranjado y las frutas. El exceso de vitamina A puede causar síntomas que incluyen dolor de cabeza, picazón en la piel y pérdida del cabello.
Hay varias vitaminas en el grupo B. La vitamina B ayuda al cuerpo a producir energía y ayuda a mantener la salud de los nervios y la piel. Las vitaminas del grupo B se encuentran en carnes, productos lácteos, frutos secos, granos y verduras de hoja. EL exceso de vitamina B6 puede causar problemas en los nervios.
La vitamina C ayuda a generar tejidos sanos. Juega también un papel importante en el proceso de curación. Se encuentra en frutas (especialmente en frutas cítricas y cantalupos) y en hortalizas, como tomates y pimientos verdes. No se ha comprobado que las dosis altas de vitamina C ayuden a prevenir resfriados. EL exceso de vitamina C puede causar diarrea.
La vitamina D fortalece los huesos y los dientes. La vitamina D se encuentra en productos lácteos, la leche de fórmula infantil, el pescado graso, el hígado y la yema de huevo. La luz del sol es otra fuente de vitamina D. La vitamina D es una vitamina soluble en grasa. Los bebés lactantes deben tomar un suplemento de 400 UI de vitamina D por día. Los bebés y los niños que toman entre 16 y 17 onzas (473 y 503 ml respectivamente) de leche de fórmula o leche fortificada con vitamina D no necesitan tomar un suplemento. La Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños mayores o adolescentes que no consumen un mínimo de 32 onzas (prácticamente 1 litro) de leche fortificada con vitamina D deben tomar suplementos de vitamina D. Hable con el profesional médico de su hijo sobre este tema.
La vitamina E ayuda a mantener sanas las células del cuerpo y ayuda a generar nuevos glóbulos rojos. Se encuentra en frutos secos, semillas, aceites vegetales, la carne, granos y la yema de huevo. El exceso de vitamina E puede provocar malestar estomacal e impedir que el cuerpo absorba las vitaminas A, D y K.
La vitamina K es una vitamina soluble en grasa necesaria para ayudar a prevenir la formación de coágulos sanguíneos después de una cirugía. La vitamina K se encuentra en verduras de hoja, aceites vegetales, la yema de huevo, la carne de cerdo y el hígado.
El calcio es un mineral necesario para fortalecer los huesos. La leche y los productos lácteos son algunas de las mejores fuentes de calcio. Los bebés de menos de 1 año deben tomar leche materna, o bien, leche de fórmula fortificada con hierro. Los niños de 1 a 2 años deben tomar leche entera porque durante esta primera etapa, algunas grasas son necesarias para el desarrollo. Entre los 2 y los 5 años, se recomienda cambiar gradualmente de la leche entera a la leche parcialmente descremada o descremada. Aparte de la leche sola, hay muchos productos lácteos que son excelentes fuentes de calcio. Ahora existen varias marcas de jugos fortificados con calcio, cereales y alimentos de soja. Las verduras verdes, como el brócoli y la col rizada, y el pescado con espinas blandas y comestibles, también aportan calcio.
El hierro es otro mineral que ayuda al cuerpo a fortalecer los huesos y la sangre. En general, es mejor que los niños consuman alimentos con alto contenido de hierro en lugar de tomar un suplemento. El exceso de hierro puede intoxicar a un niño. El hierro se encuentra en la carne, las aves de corral, el pescado, las frutas, las verduras, los granos, los frutos secos, las legumbres y los alimentos enriquecidos con hierro.
El cinc es un mineral importante, especialmente para los adolescentes. Contribuye al crecimiento y a la maduración sexual. Entre los alimentos con alto contenido de cinc se encuentran la carne, los mariscos, los productos lácteos, los granos enteros, los panes y los cereales fortificados, los frutos secos y los frijoles deshidratados.
La mayoría de los niños pueden incorporar suficiente fluoruro a partir del agua que toman porque los suministros de agua de la mayoría de las ciudades se tratan con fluoruro. Por lo general, el agua de pozo y el agua filtrada o embotellada no contienen fluoruro. La leche de fórmula infantil no contiene suficiente fluoruro. Hable con su profesional médico sobre la conveniencia de dar a su hijo suplementos de fluoruro. Por lo general, es mejor que su hijo tome agua que contenga suplemento de fluoruro en lugar de darle suplementos o gotas de fluoruro adicionales. El exceso de fluoruro puede hacer que los dientes de su hijo tengan un color marrón.
Si decide dar a su hijo vitaminas y minerales, siga las siguientes pautas: