El suicidio (quitarse la vida a propósito) es muy raro en niños pequeños. Pero es la tercera causa más común de muerte en niños entre 10 y 19 años.
Los niños son más propensos a considerar el suicidio si sufren de depresión, trastornos de ansiedad, trastorno bipolar y abuso de alcohol o de sustancias. Los eventos estresantes pueden empujar a los niños al límite. Ellos tienen más probabilidades de suicidarse por un impulso que los adultos. Muchos se suicidan pocas semanas después de meterse en problemas en la escuela o con la policía, romper con una novia o novio, o pelearse con sus amigos.
Los factores de riesgo incluyen:
Las niñas intentan suicidarse con más frecuencia que los niños. Pero los niños son mucho más propensos a quitarse la vida. Las niñas tienen más probabilidades de intentar suicidarse con una sobredosis de medicamentos o cortándose las muñecas. Por lo general, los niños intentan matarse usando armas de fuego, ahorcándose o saltando al vacío.
Las armas de fuego son el método de suicidio más común y de mayor crecimiento entre los hombres y las mujeres de todas las edades en los EE. UU. Tener un arma en la casa aumenta las posibilidades de que una persona joven de ese hogar se suicide. Un niño o adolescente puede utilizar un arma de fuego en forma impulsiva. El uso de un arma aumenta las probabilidades de que un intento de suicidio sea mortal. Otros métodos suelen conceder tiempo para pensar bien las cosas y conseguir ayuda médica.
Los signos de que su hijo está considerando el suicidio pueden incluir:
Si usted está preocupado por el comportamiento de su hijo, haga lo siguiente:
Tanto los medicamentos como la terapia son útiles para tratar la depresión en niños y adolescentes. El único medicamento aprobado para su uso en niños con trastornos depresivos de importancia es la fluoxetina (Prozac). A muchos padres les preocupa administrar antidepresivos a sus hijos. Hable con su profesional médico o profesional de la salud mental acerca de esto. Si no se trata, la depresión puede ser mortal.
Si su hijo está deprimido, ha comenzado con un nuevo antidepresivo o está tomando una dosis diferente, preste atención a cualquier cambio en su comportamiento. Nunca deje de administrar un antidepresivo a su hijo repentinamente sin consultarlo antes con el médico. Algunos medicamentos se deben retirar lentamente para evitar síntomas físicos y emocionales.
La terapia cognitivo conductual (cognitive behavior therapy, TCC) ayuda a los niños a aprender acerca de la depresión, junto con la enseñanza de habilidades específicas para el manejo de sus síntomas físicos, pensamientos negativos y problemas de comportamiento.
Si usted piensa que su hijo es suicida, busque ayuda inmediatamente. Hable con el profesional médico de su hijo o con un especialista en salud mental. Su asociación de salud mental local o la sociedad médica del condado pueden proporcionarle referencias. En una emergencia, llame a la Línea de Emergencia Nacional para la Prevención de Suicidios al 800-SUICIDE.