Una raspadura, o abrasión, es un área de la piel que se raspó durante una caída (por ejemplo, raspaduras por fricción con el piso o una rodilla pelada).
Primero, lávese las manos. Luego lave la herida minuciosamente durante al menos 5 minutos con agua tibia y jabón. Probablemente tenga que restregar el área varias veces con una gasa húmeda para quitar toda la suciedad. Es posible que tenga que quitar partículas de suciedad (por ejemplo, grava) con pinzas. Si hay alquitrán en la herida, con frecuencia se puede quitar frotándola con vaselina, seguida de agua y jabón nuevamente. Debe cortar las partes sueltas de la piel con tijeras estériles, especialmente si las partes de piel están sucias. Enjuague bien la herida.
Aplique un ungüento antibiótico y cubra la raspadura con una curita o gasa. Esto es importante especialmente para las raspaduras en las articulaciones (como el codo, la rodilla o la mano) que se estiran todo el tiempo. Puede prevenir que estos lugares se rompan o abran nuevamente con un ungüento antibiótico, que mantiene suave la costra. Limpie el área una vez por día con agua tibia y luego aplique nuevamente el ungüento antibiótico y el vendaje hasta que la raspadura sane.
Debido a que las abrasiones pueden doler mucho, déle a su hijo paracetamol (Tylenol) o ibuprofeno (Advil) según sea necesario.
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