Un poco de planificación y aliento ayudan mucho a que su hijo tenga una buena actitud hacia la escuela.
Dígale que hará nuevos amigos y aprenderá cosas nuevas e interesantes. Tranquilícelo e indíquele que si surge algún problema en la escuela, usted lo ayudará a resolverlo.
Dele a su hijo un desayuno saludable cada mañana. Deje que su hijo tome algunas decisiones sobre el almuerzo. Establezca una rutina para la hora de ir a dormir para que el niño tenga entre 9 y 10 horas de sueño por noche.
El tiempo que el niño pasa en la escuela es bastante estructurado. No programe el tiempo en exceso una vez que el día escolar haya finalizado. Ayude al niño a desahogarse mediante juegos o deportes al aire libre.
Organice un espacio de estudio. Prepare un rincón de la casa en donde el niño pueda concentrarse. Allí debe haber una mesa o escritorio, buena iluminación, materiales de referencia y útiles escolares. Si es posible, mantenga el área de estudios lejos de distracciones tentadoras como la TV.
Planifique el día siguiente. Ayude a su hijo a crear el hábito de organizar las cosas. Controle la noche anterior la ropa, la mochila, el dinero para el almuerzo, las autorizaciones y la tarea. Tanto usted como su hijo se sentirán más tranquilos por la mañana.
Anote las fechas importantes. Compre un almanaque de pared bien grande con cuadros grandes. Si el niño es muy chico como para leer o escribir, haga dibujos que representen actividades escolares importantes. Si el niño es más grande, ayúdelo a anotar fechas de exámenes, informes, viajes de estudio y eventos especiales.
Hacer la tarea antes o después de la cena es un buen hábito para la mayoría de los niños. Si bien a veces puede ser necesario hacer algún cambio, tener una hora fija cada tarde o noche para las tareas escolares ayudará a que el niño no entre en pánico a último momento.
Demuéstrele que se interesa por lo que hace en la escuela. Esté disponible en algún momento del día, todos los días. Si el niño tiene problemas con una materia en particular, hable con el maestro sobre qué puede hacer usted en su casa además de clases particulares u otra atención especial en la escuela.
Ayude a su hijo con la tarea, pero no haga la tarea por él. Esto no es una forma de protegerlo. Impide que el niño aprenda la materia. También evita que aprenda a tener confianza en sí mismo.
Hágale preguntas, intercambie ideas y pídale su opinión sobre distintos temas. Tenga libros, juegos y proyectos en la casa. Hable con los niños más grandes acerca de sus objetivos para el año y cómo podrían participar en un deporte, club o actividad escolar.
La familia podría realizar un viaje de estudios. Algunos lugares interesantes para visitar pueden ser una granja, un museo, un zoológico, una estación de radio o televisión, o la ciudad capital del estado. Sobre todo, es importante que su hijo lo vea disfrutando nuevos desafíos y actividades.
Si forma parte de una organización de padres y maestros o si contribuye voluntariamente con su tiempo, tendrá más participación en el mundo de su hijo. También estará en una mejor posición para comprender y hacer sugerencias para mejoras.