Los trastornos del espectro autista (ASD, por sus siglas en inglés) tienen una relación con el autismo. Los niños con autismo tienen problemas con el lenguaje y para relacionarse con los demás. Los trastornos del espectro autista también se llaman trastornos generalizados del desarrollo (PDD, por sus siglas en inglés). Existen 5 trastornos del espectro autista:
Los niños con estos trastornos tienen un problema cerebral. Los estudios de imagen del cerebro muestran que la estructura o forma del cerebro es distinta que en otros niños. Puede haber muchas causas posibles, pero no se conoce la causa exacta.
El autismo y los trastornos similares a veces aparecen en familias. Puede haber ciertos genes que están vinculados con el autismo. Los investigadores también están estudiando si una de las causas puede ser un problema durante el embarazo o factores ambientales, como la exposición a los productos químicos.
Los niños con otros problemas cerebrales y síntomas genéticos, como el síndrome de rubéola congénita, la neurofibromatosis y el síndrome de X frágil, tienen mayor probabilidad de tener un trastorno del espectro autista.
La mayoría de los trastornos del espectro autista comienzan antes de los 3 años de edad.
Todos los niños con un trastorno del espectro autista tienen problemas con:
Destrezas sociales
La mayoría de los niños con un trastorno del espectro autista tienen muchos problemas para relacionarse con la gente. Aún en sus primeros años de vida, muchos no interactúan con los demás y evitan el contacto visual. Pueden parecer indiferentes a otras personas, y muchas veces prefieren estar solos. Pueden resistirse a las personas que le prestan atención o aceptar los abrazos y caricias pasivamente. Pueden no buscar el consuelo de otros, o responder a la ira o el afecto de manera normal. Los niños con un trastorno del espectro autista pueden aprender más lentamente a interpretar lo que los demás están pensando y sintiendo. Pueden tener problemas para ver las cosas desde el punto de vista de otra persona.
También pueden tener problemas para controlar sus emociones. Esto puede demostrarse como una conducta "inmadura", como por ejemplo llorar en clase o reacciones verbales que parecen inapropiadas para aquéllos que lo rodean.
Problemas de comunicación
Hay una amplia gama de problemas de comunicación. Algunos niños con un trastorno del espectro autista nunca hablan. Algunos hablan o hacen ruidos al principio, y después paran. Otros simplemente tardan mucho en hablar, y no comienzan hasta cumplir 5 a 9 años de edad. Los niños que hablan, frecuentemente usan el lenguaje de manera inusual. Parecen incapaces de combinar palabras para formar oraciones con sentido. Algunos dicen sólo palabras sueltas, mientras que otros repiten la misma frase una y otra vez. Algunos niños con un trastorno del espectro autista simplemente repiten lo que escuchan.
Algunos niños sólo sufren pequeñas demoras en el desarrollo del lenguaje. Otros, que tienen una forma leve del trastorno, con frecuencia tienen una gran destreza verbal y un vocabulario muy amplio. No obstante, tienen problemas para mantener una conversación. La interacción con otra persona en una conversación normal es muy difícil para ellos. Con frecuencia pueden hablar sobre un tema favorito y no le dan al otro la oportunidad de hacer un comentario. Tampoco entienden siempre el significado del tono de voz o los comentarios sarcásticos. Además la comunicación no verbal, como una sonrisa, un guiño o una mueca pueden tener poco significado.
Conductas repetitivas
Algunos niños con trastornos del espectro autista a veces repiten movimientos. Esto puede ser muy notable o más sutil. Algunos aletean los brazos o caminan mucho en puntas de pie. Pueden pasar horas alineando sus carros y trenes de juguete de cierta manera, en vez de utilizarlos para un juego imaginativo. Si alguien mueve por error uno de sus juguetes, se pueden enojar mucho. También les cuesta mucho cambiar de rutina. A veces el niño está muy concentrado en un cierto tema, como por ejemplo aprender todo lo que hay que saber sobre aspiradoras, horarios de trenes o faros de luz. A veces muestran un gran interés en números, símbolos o temas científicos.
Otros problemas
Los niños con un trastorno del espectro autista también pueden tener problemas con sus sentidos. Muchos son muy sensibles a ciertos sonidos, texturas, gustos y olores. Algunos niños apenas pueden soportar la sensación de su ropa tocándoles la piel. Algunos sonidos, como una aspiradora, un teléfono que suena, una tormenta repentina, aún el sonido de las olas golpeando la costa, hacen que estos niños se cubran las orejas.
Otro problema común es un cierto grado de retraso mental. Al hacerles pruebas, algunasáreas de destreza pueden ser normales, mientras que otras son débiles. Por ejemplo, un niño con un trastorno del espectro autista puede obtener buenos resultados en la parte de la prueba que mide las destrezas visuales, pero resultados pobres en las pruebas de lenguaje.
Los primeros en notar comportamientos inusuales en su hijo en general son los padres. Cuanto antes se diagnostique el trastorno, más temprano podrá comenzar el tratamiento. Para ayudarlo a detectar problemas, su profesional médico le puede pedir que llene un cuestionario sobre el desarrollo de su hijo en cada visita de rutina. Además, infórmele a su profesional médico sobre cualquier cosa inusual o que le preocupe.
Si el profesional médico cree que su hijo puede tener un trastorno del espectro autista, le puede recomendar que vaya a ver a algunos especialistas. Por ejemplo, puede recomendarle que vea a un psicólogo, psiquiatra, terapeuta del habla o neurólogo. Ellos podrán realizarle pruebas adicionales y recomendarle un tratamiento. El profesional médico de su hijo probablemente le hará hacer análisis de laboratorio para confirmar que el niño no tenga otros problemas médicos. También le hará al niño una prueba de audición. Como este trastorno puede ser hereditario, su profesional médico puede querer evaluar a sus demás hijos para ver si tienen síntomas similares.
Cuanto antes se haga el diagnóstico, mejor será. Lamentablemente, los médicos, proveedores de cuidado infantil, maestros y padres pueden ignorar al principio los signos de un trastorno del espectro autista, creyendo que el niño simplemente es un poco lento y que ya va a "recuperarse". El tratamiento temprano ayuda a reducir los síntomas. Aumenta la capacidad del niño para crecer y aprender nuevas destrezas.
No existe un solo tratamiento que sea el mejor para niños con un trastorno del espectro autista. En general se tratarán de mejorar las destrezas sociales, la comunicación y la conducta. Antes de tomar una decisión sobre el tratamiento de su hijo, le conviene obtener información sobre las diversas opciones disponibles. Aprenda todo lo que pueda, considere todas las opciones y elija el mejor tratamiento para las necesidades de su hijo. Quizás le convenga visitar las escuelas públicas de su zona para ver qué tipos de programas ofrecen para los niños con necesidades especiales.
Un buen programa de tratamiento:
El tratamiento incluye actividades en el hogar y también en la escuela. En general los niños se inscribirán en la escuela pública, y el distrito escolar pagará el costo de todos los servicios necesarios. Éstos incluirán a un terapeuta del habla, terapeuta ocupacional, psicólogo escolar, trabajador social, enfermera escolar o ayudante.
Por ley, las escuelas públicas deben preparar y ejecutar un plan de enseñanza diseñado para ayudar a los niños en un programa de educación especial a alcanzar metas de instrucción o aprender destrezas específicas. Esta lista de destrezas se conoce como Programa de Educación Individual (IEP, por sus siglas en inglés). El IEP es un acuerdo entre la escuela y la familia sobre las metas del niño. Los padres juegan una parte importante en la creación del programa, ya que son los que mejor conocen a su hijo y saben cuáles son sus necesidades. Si su hijo es menor de 3 años de edad y tiene necesidades especiales, debería estar calificado para un programa de intervención temprana.
Con frecuencia se usan medicamentos para tratar problemas de conducta, de ansiedad u otros problemas.
Cuando los padres se enteran de que su hijo tiene un trastorno del espectro autista, pueden sentir miedo, ira, culpa y otras emociones difíciles. Muchas familias descubren que una consulta con un profesional de salud mental los ayuda a sobrellevar la situación.
Un niño con un trastorno del espectro autista puede causar estrés a toda la familia. Puede afectar todas las actividades y las finanzas familiares. También puede crear tensión en el matrimonio y en las relaciones entre hermanos.
Los grupos de respaldo pueden ayudar, compartiendo preocupaciones y soluciones comunes a problemas que tienen otras familias en la misma situación. Puede tomar contacto con estos servicios por medio de su profesional médico, programas de terapia, y organizaciones locales y nacionales de respaldo.