Ser la madre de un bebé recién nacido es una gran responsabilidad. Desafortunadamente, es una tarea para la cual recibimos muy poca capacitación. Las destrezas maternas se aprenden cuidando de su bebé. Ninguno de nosotros sabe en forma instintiva cómo cambiar un pañal. Es algo que aprendemos, de la misma manera que aprendemos cuál es la mejor manera de sostener a un bebé molesto. Mientras estamos aprendiendo a hacer algo nuevo, es posible que nos sintamos un poco inseguras.
Concéntrese en las necesidades básicas del bebé. Los bebés necesitan amor, afecto, comida y calor. Lo más importante en la vida de un recién nacido es que lo sostengan, hagan contacto visual, lo alimenten y le cambien los pañales. Al cumplir con las necesidades de su bebé irá ganando confianza en sus destrezas de crianza.
Los hospitales y clínicas de su zona dan clases para ayudarla con los elementos esenciales del cuidado de su nuevo bebé. En cualquier momento en que le preocupe la salud de su bebé o su propia capacidad para cuidarlo, no tenga miedo de pedir ayuda a un pariente o amiga de confianza. No obstante, si los consejos que le dan no parecen ser adecuados en su caso, no hace falta que los siga. Cada bebé es distinto, y usted es una madre distinta que su amiga o pariente.
He aquí algunas ideas que pueden ser útiles para las madres primerizas:
Recuerde que siguen siendo una pareja. Su vida sexual va a cambiar debido a la presencia de un bebé nuevo. Es normal tener poco deseo sexual en las primeras semanas o hasta meses después de la llegada del bebé. Pase tiempo con su compañero y sin el bebé. Consiga una niñera o deje al bebé con un amigo cercano o pariente, y salga con su compañero. Sea abierta con sus sentimientos y los cambios que se producen en su relación. Muchas parejas descubren que su relación se hace más fuerte después de que son padres.
Después de 3 meses de cuidar de un bebé recién nacido, la mayoría de las madres primerizas se sienten solas y aisladas. Casi todas las madres se sienten un poco atrapadas a esta altura, y se empiezan a preguntar si el resto de su vida va a consistir de una rutina de biberones, pañales sucios y falta de sueño. Para conseguir ayuda:
Las emociones de tener a un bebé oscilan de la alegría al pánico y la desesperación. Además de estas emociones, el proceso del parto libera una gran cantidad de hormonas en el cuerpo de la madre, afectando con frecuencia sus emociones.
Si tiene sentimientos prolongados de depresión o ira, obtenga ayuda profesional. Puede ir a algunas sesiones con un consejero o quizás tomar medicamentos por un periodo corto. Si alguna vez le vienen ganas de sacudir o lesionar a su bebé, pare, coloque al bebé en un lugar seguro, y tómese un recreo por sí misma para calmarse. Es importante que hable con alguien sobre sus sentimientos.
Las amistades son una inversión de tiempo y energía, que son muy escasos con un bebé recién nacido. La mayoría de los padres primerizos descubren que las demandas de crianza afectan sus amistades, sobre todo en el primer par de años del bebé. Los buenos amigos, incluso aquéllos que no tienen hijos, respaldarán su decisión de cuidarse a sí misma y al bebé. Los amigos pueden ayudarla a mantener su equilibrio y a recordarle que usted es más que sólo una madre. Cuando esté con sus amigos: