La congelación es una lesión de la piel que se produce cuando los nervios, vasos sanguíneos y otras células se congelan temporalmente por exposición al frío. La congelación se produce más comúnmente en los dedos de los pies y de las manos, en la punta de la nariz, en los lóbulos de las orejas o en las mejillas. La piel congelada está fría, blanca, con sensación de hormigueo y/o entumecida.
La temperatura considerando el factor del viento determina la rapidez con que ocurre la congelación. La congelación es mucho peor si la piel también está mojada durante la exposición al frío.
Por lo general, el tratamiento principal de la congelación es volver a calentar la zona rápidamente con calor húmedo. Coloque la parte congelada en agua bien tibia o cúbrala con compresas húmedas y tibias. El agua debe estar bien tibia, a una temperatura de 104° a 108°F (40° a 42°C) pero no tan caliente que queme. La inmersión en esta agua tibia debe continuar hasta que vuelva la coloración rosada a la parte congelada, que es el indicio de que la sangre circula nuevamente en la parte congelada (por lo general de 20 a 30 minutos). En este momento, debe desaparecer el entumecimiento.
Si la congelación de su hijo es extensa, los últimos 10 minutos de recalentamiento suelen ser muy dolorosos. Si hay dolor, su hijo puede tomar acetaminofeno o ibuprofeno. Ofrézcale líquidos calientes para tomar, como sopa o chocolate caliente.
Si su hijo está al exterior, trate de llevarlo adentro lo antes posible. Comience a calentar la piel congelada de inmediato. Si sus guantes o medias están mojadas, quíteselas. Puede calentar y descongelar la región de piel congelada por uno de los siguientes métodos:
No aplique nieve alárea congelada, ni la masajee. Las dos cosas pueden causar daños serios a los tejidos que están descongelándose. No intente volver a calentar la zona con calor seco, como el calor de una lámpara o un calentador eléctrico, porque la piel congelada se quema fácilmente.
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