Las salpicaduras de ácidos y álcalis en el ojo pueden dañar seriamente a la córnea (la parte transparente del ojo). Sin embargo, casi todas las substancias químicas sólo causan ardor temporal e irritación (por ejemplo, el alcohol o los hidrocarburos). Todas las salpicaduras de substancias químicas en los ojos deben ser consideradas como emergencias hasta que su profesional médico o un experto del Centro de Control de Venenos indique que no es así.
Para evitar que se lesione la córnea, el ojo debe ser enjuagado inmediatamente con abundante agua corriente. Esto debe hacerse lo más pronto posible. Esta irrigación debe realizarse en casa y lo antes posible. Sostenga la cara de su hijo hacia arriba bajo un flujo suave de agua del grifo o bien hágale acostar y viértale continuamente agua tibia en el ojo con una jarra o un vaso. Si no hay agua a su alcance, use leche. Para la mayoría de los productos químicos, debe enjuagar el ojo durante 15 a 30 minutos. Llame a su profesional médico INMEDIATAMENTE después de enjuagar el ojo con agua.