Una infección de las vías respiratorias superiores, o IVAS, es una infección que puede causar goteo nasal y congestión. En un bebé, el tamaño pequeño de los vías respiratorias que pasan a través de la nariz y entre el oído y la garganta puede causar problemas que no se observan habitualmente en niños mayores o adultos. Los bebés y los niños pequeños tienen un promedio de entre 6 y 10 infecciones de las vías aéreas superiores cada año.
Una IVAS puede estar causada por muchos virus diferentes. Su hijo puede haber contraído el virus a través de otra persona o haberse contagiado por haber tocado algo que contenía el virus.
Los síntomas pueden incluir:
El profesional médico de su hijo analizará los síntomas y examinará los oídos de su hijo para asegurarse de que no tengan una infección. Se puede analizar una muestra de las secreciones nasales.
Debido a que su bebé tiene vías respiratorias nasales tan pequeñas, la congestión y la mucosidad pueden causarle dificultad para respirar. La mayoría de los bebés no se alimentan bien cuando tienen dificultad para respirar. Use una perita de succión pequeña y gotas salinas para despejar las vías respiratorias. Coloque 1 gota de agua tibia o solución salina (aproximadamente 1 cucharadita de sal en 2 tazas de agua) en cada orificio nasal, de a un orificio por vez. Aproximadamente un minuto después, saque suavemente la mucosidad con la perita de succión. Su profesional médico puede enseñarle cómo se hace.
Los antibióticos pueden matar bacterias pero no virus. Si su hijo tiene una enfermedad viral, como una IVAS, no se le podrá recetar un antibiótico. Si su hijo tiene una infección en el oído causada por una bacteria, es posible que su profesional médico le recete un antibiótico como tratamiento.
Podría ser útil tener un humidificador en la habitación de su hijo. (El humidificador debe limpiarse cada 2 a 3 días).
No le suministre a un niño menor de 6 años ningún tipo de medicamento para la tos o el resfriado a menos que así se lo haya indicado específicamente su profesional médico. Estos medicamentos pueden ser peligrosos para los niños pequeños. Nunca le dé miel a los bebés. La miel podría provocar una enfermedad grave llamada botulismo en los niños menores de 1 año.
Por lo general, los síntomas comienzan entre 1 y 3 días después de la exposición al virus y pueden durar entre 1 y 2 semanas.
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